Firme y tierno, el jamón de York es el más conocido de los jamones, tiene un delicado color rosado, con la grasa blanca y traslúcida. Se cura por el método de salado en seco y se ahúma sobre serrín de roble hasta que toma su sabor característico, suave y delicado.
El jamón de York tiene su propia historia y va ligada a Robert Burrow Atkinson. Parece ser que este señor lo descubrió. Abrió su propia carnicería en los años sesenta en pleno siglo XIX. La ciudad inglesa de York era el sitio que eligió para su negocio. En la bodega de su empresa comenzó por azar a colgar piezas de jamón. Algunas las trataba con sal y otras las mantenía ahumadas.
Poco a poco comenzó esta carne a hacerse famosa y todas las personas del municipio y los colindantes la compraban. En esta zona había muchos apostadores de un hipódromo cercano y estos son los que subieron el negocio de este hombre. Pasado un tiempo todo el país comía este jamón al que se le llamó de York.
Fuente: El Portal del Chacinado