El vino de ajo es muy útil para combatir diversas enfermedades y malestares. Mientras que el ajo crudo tiene propiedades antisépticas, fungicidas, bactericidas y depurativas gracias a la alicina, el vino tinto es rico en antioxidantes que mejora la salud cardíaca y evitan el envejecimiento prematuro. Veamos cómo prepararlo y en qué casos consumirlo para aprovechar todos sus beneficios.
Antiguamente los pueblos ingerían un remedio que les permitía curarse múltiples problemas como son el sobrepeso, enfermedades cardiovasculares, digestivas y algunos tipos de cáncer como los que afectan al pulmón y al colon rectal. La medicina en cuestión era en base al ajo y vino tinto.
Louis Pasteur demostró en 1858 el poder antibiótico del ajo, ideal para curar infinidades de infecciones bacterianas, sin embargo pueblos antiguos lo usaban para elaborar múltiples remedios naturales capaces de calmar dolencias, afecciones y prevenir enfermedades. El ajo crudo es un alimento con propiedades antisépticas, fungicidas, bactericidas y depurativas, gracias a un componente llamado alicina, que es el responsable de combatir una gran cantidad de virus y bacterias, además de limpiar el organismo.
Diversas investigaciones han encontrado que el ajo tiene propiedades anticancerígenas capaces de reducir hasta un 50 % el riesgo de cáncer de estómago y un 66 % el riesgo de cáncer colorrectal.
En cuanto al vino tinto, es una bebida muy saludable cuando se consume en cantidades moderadas, sin exceder dos copas al día. Sus principales beneficios se deben a su alto contenido de resveratrol y flavonoides, que son poderosos antioxidantes que mejoran la salud del corazón, disminuyen el colesterol, mejoran la circulación sanguínea, promueven la regeneración celular, contribuyen a reducir la obesidad, limpian el organismo, mejoran la función cognitiva y evitan el envejecimiento prematuro, entre otros.
Combinando estos dos ingredientes potenciamos sus propiedades en una bebida, el vino de ajo, un gran aliado para la salud, capaz de limpiar la sangre, fortalecer el sistema inmunológico, eliminar el colesterol malo, mejorar la salud cardiovascular, prevenir enfermedades, mejorar la salud de la piel, o combatir infecciones, entre otros.
Cabe destacar, entre todos sus beneficios, que funciona como un potente anticancerígeno, pues ambos ingredientes tienen propiedades que pueden prevenir y combatir el cáncer.
Ingredientes para preparar el Vino de Ajo
- 12 dientes de ajo.
- ½ litro de vino tinto de buena calidad.
Preparación
- En primer lugar, se debe cortar cada uno de los ajos en cuatro partes para, posteriormente, mezclarlos con el medio litro de vino tinto en un frasco de vidrio.
- El frasco debe cerrarse muy bien y se reserva durante dos semanas en un lugar de la casa donde reciba la luz del sol.
- Durante estas dos semanas se debe agitar el frasco a diario, dos o tres veces por día.
- Finalmente, se cuela el líquido y se vierte en un frasco oscuro para reservar el remedio y consumirlo todos los días.
- La dosis diaria puede ser hasta medio pocillo diario, rebajado en agua o solo, ya sea tibio o caliente; bien tomar una cucharadita de esta bebida tres veces al día durante un mes seguido. Lo ideal es hacerse este remedio, por lo menos, 2 veces en el año.
Fuente: El Portal del Chacinado